Hace tiempo que, como habrán notado, vengo realizando algunos cambios.
Esto se debe fundamentalmente, porque no estaba conforme conmigo misma y mi situación.
Si bien es cierto amaba mi zona de confort, no amaba mirarme al espejo, porque no quería ver la persona que el espejo reflejaba.
En mi adolescencia y juventud amaba mirarme al espejo, siempre me veía hermosa y saludable (aclaro, es lo que yo veía)
Sin embargo cuando uno comienza a recibir demasiados golpes en la vida y te das cuenta que no puedes detenerte y solamente tienes que remar para no hundirte, dejas de prestarte atención y comienzas a sentirte victima.
Cuando comencé la terapia, descubrí que tenia que dejar de remar, hundirme, recobrar fuerzas, tomar impulso y volar.
Fue un proceso lento, comenzó en el 2011 aproximadamente o quizás un poco antes, pero tuve el valor de enfrentar mi realidad al 100% en el 2011. Y fui cambiando lo que no me gustaba, de a poco.
El primer error que cometí, pero que me sirvió para aprender, fue creer que se empezaba por afuera, alejarme de quienes me hacían mal, enfocarme en quienes me hacían bien y en las cosas que me hacían bien. Sin embargo luego, mas adelante comprendí que el cambio comenzaba conmigo misma.
Era yo, la que debía cambiar, entendí que si algo no me gusta, eso lo tengo que decir y no decirlo con indirectas o esperar que el otro se de cuenta. LO TENGO QUE DECIR
Comprendí que la otra persona no tiene la obligación de estar de acuerdo conmigo y tiene todo el derecho del mundo a pensar distinto a mi y que si no sabe aceptar lo mismo de mi parte, esa persona no es buena para mi. Entendí que cuando recorres el camino del cambio, empiezan a aparecer en tu vida personas que están en el mismo sendero.
Aprendí que mi trabajo vale y que aunque no me moleste hacerlo gratis de vez en cuando, tengo que aprender a ponerle un precio. Sobretodo porque toma mi tiempo y esfuerzo, cosas, que las puedo destinar a algo que me genere placer si así lo quisiera.
Aprendí, que no tengo por qué dar todo de mi a quien no lo merece, porque yo merezco todo de mi.
Luego, cuando estaba logrando mis objetivos, algo sucedió y me vine abajo, y de alguna manera esto me sirvió para darme cuenta que había una parte de mi que había descuidado.
Y ahí comenzó el camino del auto descubrimiento. Quien soy? Como me gustaría verme? Me importa lo que digan los demás?,Que espero de mi? Adonde quiero llegar?
Descubrí que quiero vivir y en lo posible vivir muuuuuuchos años, descubrí y también entendí, que para eso tengo que cuidarme física y mentalmente.
Aprendí que además eso es algo que no depende de mi y por lo tanto tengo que hacer lo que me hace feliz en el proceso, por si acaso Dios o Mr Mishagui (como le digo yo a ese ente superior llamado universo o vida que decide nuestro destino) decide que mi fin llega antes de lo esperado.
Así que si voy a hacer lo que me hace feliz, siempre que no le afecte directamente a otra persona, no tiene que importarme el que dirán o el que pensaran de mi. Pueden decir y pensar lo que quieran ese no es obviamente mi problema por lo tanto no tengo que preocuparme por eso.
Y llego el momento de pensar como me quiero ver y me di cuenta que amo verme como me siento, a veces loca, a veces sexy, a veces audaz, otras seria y responsable y por que no, a veces triste, porque estar triste es necesario también para nuestra salud emocional.
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