En ocasiones fantaseo con no tener ningún tipo de sentimiento, hoy es un día en el que me tuve que esforzar a pleno para bloquear, a como dé lugar, la tristeza que quiere apoderarse de mi.
Hace unos días, que la herida que dejaste en mi, comenzó a cicatrizar.
Sé que si permito a la tristeza apoderarse de mí se abrirá nuevamente.
Si, aun te extraño.
Si, aun me pregunto: cómo puede alguien alejarse de una persona sin sentir absolutamente nada.
Ya me he resignado a tu ausencia, ya no ruego al cielo un mensaje tuyo, ya no negocio con el infierno una llamada. Ya he aceptado que no me quieres en tu vida y que el tiempo que pasamos juntos fue eso, un tiempo juntos, como cuando vas a trabajar o comes. No es nada del otro mundo, lo haces porque tienes que hacerlo. Eso fue nuestro tiempo juntos, estar porque se dio la ocasión y ya.
Tonta de mi por amarte. Y aunque ya me he perdonado por decirtelo, aun me pregunto cómo fue que empecé a sentirlo.
Si el diablo existiera, pactaria inmediatamente con él para dejar de amarte, dejar de pensarte, dejar de extrañarte, dejar de desearte, dejar de soñarte, dejar de esperarte, dejar de escribirte. Pero tal vez, ese diablo seas tú y quizás hiciste esto precisamente para que dejara de hacer todo lo que he mencionado.
Porque no se puede esperar nada bueno del diablo, no se puede esperar amor, no se puede esperar que te evite el dolor.
Agradezco que no leas las cosas que escribo, porque sé que si lo hicieras, en este momento te estarías riendo de mi.
Te estarías riendo de la tonta que te amo.
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